Estoy yo seguro
de que hay un duende,
travieso y ruidoso,
que en mi cuarto duerme.
Duende traviesillo,
¡déjate ya ver!,
que seré tu amigo
y te ayudaré.
Juguetes movidos,
pared ensuciada,
peluche en el suelo,
el agua tirada…
Duende traviesillo,
¡déjate ya ver!,
que quiero contigo
el mundo recorrer.
Hoy por la mañana
lo he podido ver,
y también lo he oído
reír y correr.
El también me ha visto,
y se ha asustado,
pero antes de irse
el ojo me ha guiñado.
Ya somos amigos,
lo sé y lo sé.
Esta noche le dejo,
para comer, un pastel.
Duende traviesillo,
¡déjate ya ver!,
jugaremos juntos
una y otra vez.
Autora: Mª Carmen Colás